El alfa y omega ya estaban trabajando sobre el plan, Hwan lo haría pagar por su rechazo.

—Haces unos días me informaron que el estúpido alfa está cortejando a mi omega —gruñó el alfa.

—Hwan sabes que nos beneficia que pase eso ¿verdad? —le preguntó obvio el omega.

—¿En qué nos puede beneficiar Kyunsoo? —le preguntó irritado el alfa.

—Que si quieres que sufra más tu omega, podrías... ya sabes... arruinarlo —se fue acercando a él con una sonrisa maliciosa.

—Tienes razón —concordó y en eso pensó en un mejor plan—. Ya sé que vamos hacer —habló Hwan mirando al omega.

—Soy todo oídos.

—Tú traerás a Jungkook a mi —declaró.

—¿Para qué? Pensé que haríamos sufrir al omega —le dijo confundido.

—Y que mejor sufrimiento que quitarle a su alfa —le dijo riendo como loco.

—Entonces qué vamos a hacer, ¿traer a Jungkook aquí pero después... qué hacemos? —preguntó Kyunsoo.

—Tú después te puedes ir, te daré el dinero y ya verás que haces con ello —dijo desinteresado.

—¿Cuándo emperezamos? —preguntó un tanto nervioso pues nunca había hecho algo así, sin embargo necesitaba el dinero.

—¿Qué te parece ahora mismo? —le dijo mientras llamaba a sus guardias para empezar con el plan.

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Habían pasado dos semanas desde que había empezado su cortejo.

El cortejo duraba los años que tenía, en ese entonces Jimin tenía 17 años, así que solo le faltaban tres días para terminar.

Eso ponía feliz a su lobo y a él, todo estaba perfecto ya que él no conocía mucho Seúl, puesto que su antigua familia no lo dejaba, el alfa se había encargado personalmente de llevarlo a cada lugar para conocer.

También las rosas siempre estaban al momento de levantarse, el alfa se las daba en la mañana o lo dejaba en su mesita con una carta y con sus chocolates favoritos.

Hoy se había levantado temprano, así que Jungkook si le había entregado la rosa personalmente, le había dedicado un poema y lo había besado en sus labios, un beso lento y cargado de emociones, después el alfa se tuvo que ir pero prometiendo que regresaría temprano para poder llevarlo a conocer más lugares.

El omega al verlo irse estuvo con una sensación mala, su lobo estaba inquieto y él no entendía porqué.

"¿Rayco qué pasa?"

"No lo sé Jimin, pero algo no está bien"

Respondió con miedo el lobito.

Jimin decidió pasarlo por alto, aunque aún seguía con esa sensación que esperaba que se le fuera pronto.

Fue hacia la cocina donde estaban Misook, Gongyoo, Jake y Heesun, pues todavía era demasiado temprano para ellos, desayunó junto a los otros hasta que Gongyoo tuvo que ir ya al trabajo, al ser jefe podría llegar a la hora que quisiese pero tenía que dar un buen ejemplo.

—Adiós alfa. Adiós hijos, cuídense —les dio un besito en su frente a cada uno.

Y dirigió a su empresa, Misook y Jimin se fueron a sus respectivos cuartos a descansar un poco pues eran las nueve de la mañana y realmente el omega estaba muy cansando, tanto que por él podría dormir toda la semana.

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Se levantó sudando y con una opresión en su pecho, vio que su reloj marcaba las cuatro de la tarde, vaya había perdido el almuerzo. Si Jungkook estuviera aquí de seguro le reprocharía todo.

Pero espera, Jungkook.

Se levantó para agarrar su celular y lo utilizó como el pelinegro le había enseñado, entró a la aplicación con el teléfono y le picó donde salía el nombre "Kook💖" y marcó, vio que el alfa no contestaba y se empezó a desesperar, esa opresión en su pecho no se iba, algo malo pasaba y él lo sabía.

—Alfa —dijeron Jimin y su lobo.

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Mientras tanto, había un alfa inconsciente en el suelo de algún lugar, encadenado, vendado y amordazado.

Mientras que otro alfa veía todo con gracia desde la ventana que dividía donde estaba él y el otro alfa.

—Y solo estamos comenzando...